"¡Qué inventen ellos!". No entro en los muchos matices que, según parece, pueden relacionarse con la conocida frase de Unamuno. Pero, por desgracia, el desprecio del impulso público a la investigación es algo muy español, o cuanto menos muy de la derecha española, que hay derechas europeas perfectamente conscientes de la importancia de la inversión pública en investigación y conocimiento.
Lo denuncia con claridad y rigor la Carta abierta por la ciencia en España, iniciativa que reúne a sociedades y organizaciones científicas, investigadoras e investigadores, sindicatos y representantes de las universidades. Apoyada por 26.000 investigadores de más de 80 países y casi un centenar de sociedades científicas, la Carta denuncia una reducción progresiva de financiación pública a I+D+i del 40% en los últimos cuatro años, lo que sitúa la inversión en este campo muy por debajo de los objetivos de la Unión Europea.
"Cuando uno examina la escena actual, resulta cristalino que los países que están sorteando con éxito la crisis son también los que más han invertido en ciencia. España, Portugal, Italia, Irlanda, por no decir Grecia, han puesto su dinero en otras cosas y ahora están en aprietos. Se puede alegar que los países ricos son los que pueden darse el gusto de la ciencia, y de este modo entraríamos en una discusión sobre si es primero el huevo o la gallina, pero la lógica nos dice que esta pregunta es absurda: se precisa riqueza para tener buenas universidades y se requieren buenas universidades para que el país genere riqueza. Que este círculo virtuoso se complete depende de decisiones gubernamentales" [A. Aguilar, "La investigación, ¿un lujo en tiempos de crisis?"]. Así es. Pero nos gobierna un atajo de irresponsables que está poniendo en peligro el futuro de todos.
Jóvenes investigadores hacen las maletas y se marchan de España. Instituciones tan importantes como el CSIC se asoman al abismo por la falta de financiación [¡hablamos de unos miserables 100 millones, poco más de lo que va a cobrar Messi hasta 2018!]. “Reducir becas o movilidad deja en paro a la mejor savia de un país. Si no investigas, ¿volvemos otra vez al ladrillo?” [Ana Crespo, Academia de Ciencias]. Tal parece que sea el diseño de futuro del PP.
En España la tan cacareada I+D+i se ha convertido en -I-D-i. Por eso hoy la ciencia y la investigación están protestando en la calle. Aquí en Euskadi no, y no entiendo por qué no. Espero que no nos hayamos creído lo del "oasis vasco sin recortes". Yo, desde aquí, me sumo a la protesta.
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