domingo, 26 de septiembre de 2010

Más sobre los científicos y la política

Leo en PÚBLICO los resultados de una encuesta realizada entre los lectores de las revistas Nature y Scientific American.
Uno de los datos más destacados es la aceptación generalizada de la propuesta de que las personas que se dedican a la ciencia se impliquen mucho más en la actividad política.


El 26 de abril ya planteamos un post en este mismo sentido.
Se trata de una cuestión de calado, que merece una reflexión en profundidad.
Sin dejarnos atrapar por la vieja fascinación por el Rey-filósofo, claro.




lunes, 20 de septiembre de 2010

Política y Sociología

"La política no puede reducirse a una ciencia, sea esta la economía, la sociología o la que sea. La política tiene que responder a problemas que no tienen una solución científica. Hay personas cultas que están convencidas de que si reuniéramos a los 100 mejores economistas del país, o del mundo, tendríamos una solución para la crisis económica. Cuando, en realidad, todo el mundo sabe que tendríamos más de 100 opiniones sobre lo que hay que hacer, pero no una única solución a la crisis. Con los sociólogos pasa lo mismo, dejar las decisiones políticas en manos de los sociólogos no es muy democrático, pero es que además yo no se lo recomendaría a nadie, y conste que soy sociólogo.
La política tiene que ver con aquellas decisiones cuyas consecuencias son incalculables, para las que no hay una respuesta verdadera, sino un acuerdo razonado y respaldado por una mayoría. Hay quienes creen que basta con poder contratar a las mejores agencias de marketing electoral para ganar unas elecciones, que hay un método científico para elegir a los candidatos y hacer los programas. Nada de eso es verdad. Una decisión política se parece más a la apuesta de un emprendedor que a un cálculo matemático. Ningún sociólogo asumiría, por hacer la estimación de un resultado electoral, la misma responsabilidad que asume un arquitecto por la estabilidad de un edificio. No habrá nadie a quien protestar si elegimos al candidato que dice la encuesta y luego no gana. No hay ni una póliza de seguro, ni una empresa que se responsabilice de los perjuicios, son los militantes los que tendrán que pechar con las consecuencias".


José Andrés Torres Mora, "Candidatos, encuestas y brujos", en EL PAÍS.