martes, 29 de septiembre de 2009

Maneras tontas de medir la inteligencia

El ensayista alemán Hans Magnus Enzensberger vuelve a deleitarnos con uno de sus excelentes ensayos. Si en un trabajo anterior, El perdedor radical, reflexionaba sobre el terrorrismo y los terroristas, en esta ocasión somete a disección los intentos, en su opinión necesariamente fallidos, de medir la inteligencia humana.


Estas son algunas de las críticas que le merece uno de los test más conocidos, el de Eysenck:
  • "Los tests presuponen un considerable bagaje de conocimientos típicamente escolares. Quién no sepa qué es un número primo o no sea capaz de diferenciar un palimpsesto de un palíndromo, no tiene nada que hacer. Si no quiere fracasar, el examinando debe conocer los nombres de todos los planetas y mostrarse seguro en la enumeración de las capitales. También las marcas de automóvil forman parte de la mínima formación necesaria para conseguir el aprobado, así como una larga lista de célebres poetas, compositores, pintores, estrellas de cine y generales. La relación que todo ello pueda guardar con la inteligencia es uno de esos secretos de autor que su obra no desvela".

  • "Un rasgo común a todas las preguntas que plantea el test es que permiten una única respuesta correcta, lo cual constituye un fenómeno bastante raro, teniendo en cuenta que en el mundo real una situación así es muy excepcional. Sean cuales sean las decisiones que debemos tomar -en una solicitud de trabajo, una campaña electoral, un divorcio, un contrato de alquiler-, siempre tendremos que tener en cuenta múltiples variables que, además, dependen unas de otras. En una palabra, son decisiones complejas".

  • "El candidato ideal para el test no muestra interés alguno por la política ni por ninguna otra práctica social".

El libro se titula En el laberinto de la inteligencia. Guía para idiotas, y como toda la obra de Enzensberger ha sido publicado por Anagrama.

Si te interesa el tema, también te interesarán:
Para un ejemplo de uso perverso de estas mediciones de la (supuesta) inteligencia: The Bell Curve: Intelligence and Class Structure in American Life.




domingo, 27 de septiembre de 2009

Cómo se llega a ser lo que se era

Este es el subtítulo del último libro del filósofo Gianni Vattimo publicado en España, el titulado Ecce comu (Paidós, 2009).
¿Nos encontramos ante un Vattimo que ha regresado al pensamiento fuerte? Él no lo considera así, aunque sí acepta un cambio en muchas de sus ideas:
"El cambio resulta tanto más acentuado cuanto más se malinterpretan los planteamientos del 'pensamiento débil', que al principio también fue ... un intento de responder, con un distanciamiento 'ético', a la degeneración violenta de 1968. En definitiva, podría decir que yo también soy una víctima del 'terrorismo', en el sentido de que habiéndolo conocido en Turín durante los años de plomo, comprendí su crueldad y su inutilidad".
Pero lo cierto es que su reafirmación en un "catocomunismo" que, según dice, siempre le ha acompañado, suena realmente a pensamiento, si no fuerte, si vigoroso:
"El tema del libro es principalmente la recobrada (o redescubierta) esperanza comunista. Que no sólo en Italia podría y debería acompañarse de una renovada adhesión al mensaje evangélico o, más en general, a la predicación de la fraternidad que está presente en todas las grandes religiones".
Nos encontramos ante un libro de enorme interés en su conjunto, y muy particularmente en sus análisis sobre la crisis de la democracia y su propuesta de "subversivismo democrático":
"La democrcia 'normal, para subsistir, necesita asimismo profundas inyecciones de 'subversivismo' ... con una presión extraparlamentaria que impida que el sistema político se ciere y se esclerotice en ss propios juegos internos ... Si las democracias liberales en las que vivimos carecen de fuerza para producir algún shock saludable que restituya la palabra a los ciudadanos ... sucederá que cada vez con mayor frecuencia los shocks nos acabarán llegando del exterior, de las iniciativas del terrorismo o de la rebelión de los pueblos 'tercermundistas', cansados de consumir únicamente las migajas de los recursos del planeta".

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Educación

Cuatro informes sobre la educación reglada.

El primero, elaborado por la Oficina Estadística del Ministerio de Educación, recoge los datos y cifras del curso escolar 2009/2010.
Datos y cifras es lo que encontramos, referidos en este caso al conjunto de Europa, en el documento de Eurostat Education in Europe. Key statistics 2007.
Más. De nuevo el Ministerio de Educación, esta vez su Instituto de Evaluación, nos presenta su panorama de la educación en España a través de los indicadores de la OCDE.



El cuarto y último, el informe que recoge los indicadores educativos elaborado por la OCDE, del que se han obtenido los datos de España a los que nos hemos referido.

lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Quién muere en Europa y de qué?

EUROSTAT, el organismo esradístico de la Unión Europa, ha publicado el Atlas on Mortality in the European Union. En el mismo se analizan las causas de los fallecimientos ocurridos antes de cumplir los 65 años. Hay un interesante resumen titulado Who dies of what in Europe before the age of 65.
Entresaco dos cuadros, los referidos a la esperanza de vida y a la tasa de suicidios.


Esperanza de vida





Suicidio

domingo, 20 de septiembre de 2009

¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?

El proyecto de reforma sanitaria impulsado por Barack Obama ha provocado la ira de los conservadores, que lo acusan de querer llevar el país al socialismo.
Desde estos pagos puede resultar chocante la acusación, pero más aún el hecho de que la misma parezca encontrar acogida entre amplias capas de la población estadounidense.
Puede ser esta una excelente ocasión para leer a un clásico de la Sociología, Werner Sombart (1863-1941), y su trabajo de 1906 ¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos? que la editorial Capitán Swing Libros ha publicado este año.

"Si el socialismo moderno -escribe Sombart en la introducción del libro- sigue al capitalismo como una reacción necesaria, el país con el desarrollo capitalista más avanzado -es decir los Estados Unidos- debería ser al mismo tiempo el país clásico del socialismo; sus trabajadores deberían ser el soporte del movimiento radical socialista por excelencia". Sin embargo, el socialismo, como ideología y como movimiento sociopolítico, es residual en ese país. "¡Un país sin socialismo a pesar delmás alto desarrollo capitalista!", resume Sombart. Y ello a pesar de que "hay millones de hombres, en Norteamérica, inmigrantes de la última generación, que proceden de países en los que el socialismo se encuentra en pleno auge".

A desentrañar este misterio dedica Sombart su trabajo. Un trabajo que, pese al siglo trabscurrido desde su publicación, continua resultando de enorme interés.
Por cierto, en sus páginas 83-85 desarrolla una reflexión sobre las consecuencias que la partitocracia tiene para la política progresista que supera el tiempo y el lugar al que se refiere originalmente para extrapolarse a nuestra época y nuestra sociedad:

"El denominado spoil-system ... se basa en que el botín es del ganador ..., es decir, a grandes rasgos, que se ocupan los cargos no según las cualidades, sino considerando la afiliación partidista del aspirante. Teniendo en cuenta que esta máxima es válida tanto para los cargos más altos como para los más bajos en la Unión, el Estado, el condado o el municipio, tanto para los secretarios de Estado y directores de comunicaciones como para los oficinistas y policías, se puede entender fácilmente la atracción enorme que ejercen sobre las masas aquellos partidos que realmente pueden participar en esta distribución del botín, es decir, los dos 'grandes' partidos.
Nunca se dará suficiente importancia a las consecuencias de esta estrecha relación entre el partido político y la distribución de los cargos públicos ...
Bajo estas circunstancias, ¿quién quiere ser 'socialdemócrata' y exigir 'el cambio en el actual orden social', si tiene ante sus ojos constantemente la posibilidad de obtener alguna prebenda?".


sábado, 19 de septiembre de 2009

Diario de un hipermoderno

He leído el libro de François Ascher, Diario de un hipermoderno (Alianza, 2009). Ascher es un sociólogo francés del que en castellano sólo se ha traducido alguno de sus trabajos sobre sociología urbana. En este campo resulta de gran interés su concepto de Metápolis. Pero Ascher es, como se ha dicho acertadamente, mucho más que un sociólogo urbano.
Su enorme curiosidad -y capacidad de reflexión- sobre las más diversas cuestiones queda clara con la lectura de su Diario. Por sus páginas transitan Lipovetsky, Merton, Giddens, Simmel, Dubet, Foucault, Gauchet, Beck, Boltanski, Walzer y muchos otros, a los que recurre para reflexionar sobre las más diversas temáticas -la democracia representativa, la sociedad multicultural, la gobernanza, la sanidad pública, la educación, la ciudad, por supuesto-, todas ellas observadas desde la perspectiva de la hipermodernidad, que en su caracterización se asemeja en lo fundamental al concepto de modernidad reflexiva.
El libro ofrece un valor añadido: fue escrito mientras el autor se enfrentaba a un cáncer de riñón, del que falleció el pasado 8 de junio. La enfermedad y la posibilidad de la muerte, presentes a lo largo de todo el libro, le sirven a Ascher para hacer un excepcional ejercicio de distanciamiento sociológico que, sin embargo, nos acerca emocionalmente no sólo a las temáticas que aborda, sino, sobre todo, a todas esas personas queridas -su esposa, sus hijas, sus amigos- con quienes dialoga en este diario.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Breve curso de sociología

Uno: El mundo no es lo que aparenta. Por debajo de las obras visibles del mundo humano se encuentra una estruc­tura de intereses y poderes oculta e invisible que el sociólo­go está encargado de descubrir. Lo manifiesto no agota el objeto de estudio, ya que hace falta dar cuenta, asimismo, de lo latente.

Dos: La realidad social no es natural. Los seres huma­nos no se limitan a vivir en sociedad, sino que producen la sociedad para vivir. La realidad social es una construcción humana.

Tres: Si nada es natural, todo puede ser objeto de discu­sión, y todo debe ser justificado. La sociología comienza su labor de subversión en el mismo momento en que aplica a la realidad social su visión peculiar. Resulta muy impor­tante hacer hincapié en que se da este resultado con inde­pendencia de que cada sociólogo tenga o no intención de subvertir.

Cuatro: Si las cosas no son así por naturaleza, ello quiere decir que pueden ser de otra forma. No de cual­quier forma, pero sí de otra. La realidad social es una construcción y como tal puede ser modificada atendiendo, eso sí, a las posibilidades contenidas en la misma realidad social.

Cinco: Los fenómenos humanos no hablan por sí mis­mos. Es un grave error pensar que los fenómenos humanos son transparentes y, por lo tanto, accesibles a cualquier persona de la misma manera. Por debajo de los hechos sociales, por debajo de los acontecimientos humanos, exis­te y actúa todo un complejo de significados, que hay que tener en cuenta.

Seis: El análisis de la realidad social debe tener en cuenta no sólo los hechos -lo que la gente hace- sino también los significados que la gente confiere a sus com­portamientos. Porque tales significados son parte de la realidad social y desconocerlos supone desconocer una parte de esa realidad; porque no tenerlos en cuenta entra­ña el riesgo de imponer nuestra propia interpretación a los sujetos de los hechos que analizamos; porque el sentido que los actores sociales confieren a sus acciones tiene con­secuencias reales.

Siete: Tener en cuenta el significado que las personas otorgan a sus comportamientos no significa aceptar sin más tal significado. Debemos intentar entender por qué la gente piensa que se comporta tal como lo hace, pero no debe bastarnos tal comprensión. Es necesario que nos reservemos el derecho a no creer sus explicaciones.

Ocho: La sociología es una disciplina científica en el sentido de que implica métodos de investigación sistemáti­cos, el análisis de datos, y el examen de teorías a la luz de la evidencia y de la discusión lógica.

Nueve: Nuestro conocimiento no consiste sino en tenta­tivas, en propuestas provisionales de solución, hasta el punto de conllevar de manera fundamental la posibilidad de evidenciarse como erróneo. De ahí que la única forma de justificación de nuestro conocimiento radica en la crítica, en que nuestros ensayos de solución parezcan haber resistido hasta la fecha incluso nuestra crítica más acerada.

Diez: Es fundamental la posibilidad de ejercer la críti­ca recíproca entre las personas dedicadas a la tarea científi­ca. El logro de la objetividad es, en todo caso, una tarea social. De ahí la importancia que tiene la existencia de condiciones sociales y políticas que garanticen el ejercicio de la crítica.

[Publiqué este artículo en EL PAÍS, edición del País Vasco, el 4 de marzo de 1998]

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Salimos en los medios, ¿pero cómo?

Coincidiendo con la primera entrada de este blog, dos diarios llevan la sociología a sendos titulares. Con distinto acierto, todo hay que decirlo.

Por un lado, en PÚBLICO el columnista Joan Gari escribe sobre "Independentismo y sociología". Critica el autor declaraciones en una tertulia de la Ser de "un sociólogo de relumbrón", que supuestamente comparó el referéndum de Arenys con las algaradas embotellonadas de Pozuelo. Su conclusión: "Si la flor y nata de la sociología nacional utiliza esos mimbres para pergeñar sus cestos teóricos, ¿qué debemos esperar de los españolitos de a pie?".
Se me ocurren dos comentarios:
1. Que el autor abusa de la generalización para elevar a represente de toda la sociología española a una sola persona.
2. Que el autor incurre en una falacia comparativa aún mayor que la que denuncia cuando escribe: "El día en que una mayoría cualificada de ciudadanos de Catalunya quieran formar una nación independiente simplemente lo harán, del mismo modo que se vestirían todos de amarillo si así lo decidieran o renunciarían a la siesta. Si uno es demócrata tiene que acostumbrarse a estas cosas y si uno es digamos sociólogo habría que dejar los argumentos extravagantes para los tertulianos de Dónde estás corazón".

Por otro lado, EL PAÍS recoge en su edición de Madrid la noticia del concierto del grupo Motociclón, bajo el siguiente titular: "El sonido de Vallecas. El grupo Motociclón aplica su peculiar sociología del barrio en sus letras". La referencia que el periodista hace a la sociología se explica así:
Hablar con Robértez (la fusión de nombre y apellido: Roberto López), vallecano desde que nació hace 37 años, el vocalista e ideólogo de Motociclón, te introduce en un lenguaje nuevo. Cuando de su boca sale un "ir a mi brondi" quiere decir que "va a su rollo"; cuando suelta "amochambrados" se refiere a "apretados"; "merece la pierna" debe traducirse por "merece la pena" y "de puta Maiden" (homenaje al grupo de heavy Iron Maiden) por "de puta madre"; kerfo es casa y cloncha significa raya de cocaína. Y se despide diciendo: "Un abrazal, tronco". Así habla este sujeto, arrastrando las palabras, tirando de ellas, como si éstas saliesen perezosamente del interior de algún lugar oscuro y les costase ver la luz. Los Motociclón son los jefes de un movimiento surgido en Vallecas, bandas de chavales que reivindican la temática de la periferia.
[...] Motociclón, que se formó hace cinco años, editó un primer disco que ya desde el título era un manifiesto callejero. Himnos de extrarradio se llama y contiene la materia necesaria para licenciarse en sociología vallecana.


En este segundo caso la sociología es presentada como ciencia pegada al terreno, a la realidad de los barrios y de sus gentes.
Son solo dos ejemplos de la imagen que los medios transmiten de nuestra disciplina.