Estas son algunas de las críticas que le merece uno de los test más conocidos, el de Eysenck:
- "Los tests presuponen un considerable bagaje de conocimientos típicamente escolares. Quién no sepa qué es un número primo o no sea capaz de diferenciar un palimpsesto de un palíndromo, no tiene nada que hacer. Si no quiere fracasar, el examinando debe conocer los nombres de todos los planetas y mostrarse seguro en la enumeración de las capitales. También las marcas de automóvil forman parte de la mínima formación necesaria para conseguir el aprobado, así como una larga lista de célebres poetas, compositores, pintores, estrellas de cine y generales. La relación que todo ello pueda guardar con la inteligencia es uno de esos secretos de autor que su obra no desvela".
- "Un rasgo común a todas las preguntas que plantea el test es que permiten una única respuesta correcta, lo cual constituye un fenómeno bastante raro, teniendo en cuenta que en el mundo real una situación así es muy excepcional. Sean cuales sean las decisiones que debemos tomar -en una solicitud de trabajo, una campaña electoral, un divorcio, un contrato de alquiler-, siempre tendremos que tener en cuenta múltiples variables que, además, dependen unas de otras. En una palabra, son decisiones complejas".
- "El candidato ideal para el test no muestra interés alguno por la política ni por ninguna otra práctica social".
El libro se titula En el laberinto de la inteligencia. Guía para idiotas, y como toda la obra de Enzensberger ha sido publicado por Anagrama.
Si te interesa el tema, también te interesarán:
- La falsa medida del hombre, de Stephen Jay Gould.
- Teoría de la inteligencia creadora, de José Antonio Marina.
Para un ejemplo de uso perverso de estas mediciones de la (supuesta) inteligencia: The Bell Curve: Intelligence and Class Structure in American Life.
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