Este es el subtítulo del último libro del filósofo Gianni Vattimo publicado en España, el titulado Ecce comu (Paidós, 2009).
¿Nos encontramos ante un Vattimo que ha regresado al pensamiento fuerte? Él no lo considera así, aunque sí acepta un cambio en muchas de sus ideas:
"El cambio resulta tanto más acentuado cuanto más se malinterpretan los planteamientos del 'pensamiento débil', que al principio también fue ... un intento de responder, con un distanciamiento 'ético', a la degeneración violenta de 1968. En definitiva, podría decir que yo también soy una víctima del 'terrorismo', en el sentido de que habiéndolo conocido en Turín durante los años de plomo, comprendí su crueldad y su inutilidad".
Pero lo cierto es que su reafirmación en un "catocomunismo" que, según dice, siempre le ha acompañado, suena realmente a pensamiento, si no fuerte, si vigoroso:
"El tema del libro es principalmente la recobrada (o redescubierta) esperanza comunista. Que no sólo en Italia podría y debería acompañarse de una renovada adhesión al mensaje evangélico o, más en general, a la predicación de la fraternidad que está presente en todas las grandes religiones".
Nos encontramos ante un libro de enorme interés en su conjunto, y muy particularmente en sus análisis sobre la crisis de la democracia y su propuesta de "subversivismo democrático":
"La democrcia 'normal, para subsistir, necesita asimismo profundas inyecciones de 'subversivismo' ... con una presión extraparlamentaria que impida que el sistema político se ciere y se esclerotice en ss propios juegos internos ... Si las democracias liberales en las que vivimos carecen de fuerza para producir algún shock saludable que restituya la palabra a los ciudadanos ... sucederá que cada vez con mayor frecuencia los shocks nos acabarán llegando del exterior, de las iniciativas del terrorismo o de la rebelión de los pueblos 'tercermundistas', cansados de consumir únicamente las migajas de los recursos del planeta".
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